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jueves, 14 de julio de 2022

VENDIENDO FLORES. Entre el "feeling" y el duende.

 

El domingo 3 de julio se celebró el último matinal en la Peña Platería y se daba por concluida la temporada 21/22 con una propuesta de Esther Crisol llamada "Vendiendo Flores". Fuimos sin saber lo que nos ibamos a encontrar, algo intuiamos pero nos llevamos una grata sorpresa. Junto a la cantante Marta Martínez, Tente Márquez a las guitarras, Cuni Mantilla al contrabajo y Pancho Brañas a la bateria, nos ofrecieron un gran concierto donde fundieron blues, soul, gospel con flamenco, soleá, polo, ida y vuelta, fandangos... todo influido por el maestro Enrique Morente y sus creaciones que miraba con sorna a los grandes músicos desde una esquina del escenario. 

Musica negra, afroamericana y flamenca, gitanoandaluza. 

Entre el feeling y el duende o sonidos negros. Se ha escrito y se sigue escribiendo muchísimo sobre todo esto desde todos los ambitos. Pasados tantos años, con tantas  experiencias o "infusiones" que decían algunos, todo ha cambiado y evolucionado y cada vez estos encuentros entre distintos géneros musicales suenan mejor gracias a la gran calidad de los interpretes y músicos. Siempre se ha dicho que no se trata de fusionar sino de encontrar estilos que poco o nada tienen que ver musicalmente para que suene realmente bien. Para esto hay que estar muy preparado y, en este caso, Esther Crisol, artista polifacética (cantaora, violinista, escritora...) lo ha conseguido con este proyecto y con lo que se proponga. Destacamos el tema de Etta James I´d Rather GoBlind con alegrías de Cádiz. Lo dicho, magnífico encuentro musical que unido con eslabones de amor y libertad suenan y nos saben a gloria. Que se repita aquí, en Nueva York o en Viena. Buen tiempo de verano o "Summertime" 

 


jueves, 7 de julio de 2022

VERDAD Y MEMORIA. 30 AÑOS DESPUÉS.


Ante todo dejar clara alguna cosa, ni me llamo Curro ni soy del Realejo y tampoco “flamenco”. Soy aficionado por la gracia de Camarón además, ateo gracias a dios y a los hombres “creyentes” y evangelizadores que hacen de su iglesia un nido de hipocresía. Esto último parece que no importa pero tiene su importancia. Son 30 años sin José Monje Cruz pero, el cantaor y su cante, siguen teniendo la misma vigencia o más que antes, pese a quien le pese. Tanto entre sus compañeros de profesión que compartieron noches en festivales o en tablaos como por la afición. Su sombra sigue siendo alargada y sus fieles son y serán cada vez más. 

Pues bien, se han vuelto a escribir numerosos artículos o reportajes coincidiendo con este aniversario de su fallecimiento. Por ejemplo en la página expoflamenco.com donde escriben y colaboran alguno de los más importantes críticos del Flamenco. Me llamaron la atención dos, uno de Javier Moyano hablando del disco Potro de rabia y miel y  otro de Manuel Martín Martín sobre Aquellos 90 días de Camarón que leí pensando que iba a hablar del cante de José pero se centraba más en la enfermedad que lo mató y en lo que le criticaron a el por como trató el tema. Entonces me vino a la memoria algo que leí en Madrid en el siglo pasado, concretamente en las oficinas de la Asociación Cultural España Abierta que editaba la añorada revista La Caña. Les llegó una revista donde se hablaba de una forma que, en esos momentos, no nos gustó a nadie de los presentes sobre Camarón y su último disco. Mi memoria, como la de todos, confunde fechas, lugares o momentos pero yo estaba casi seguro de que el autor de ese artículo era  Manuel Martín Martín y la revista era Sevilla Flamenca y hace unos días le pregunté por Twitter (Se puede seguir el hilo entero)  por ese escrito que yo guardaba en un cajón de mi memoria. Me dijo que no, una vez. Insistí por si había sido para otra revista que no fuera Sevilla Flamenca y por dos veces, me volvió a decir que no, que me equivocaba por segunda vez. Yo me disculpé pero no me di por vencido y, gracias a un buen aficionado e investigador di con el artículo. Con todos mis respetos señor Martín, su memoria le ha fallado esta vez pero es normal, con tantos libros, artículos y escritos sobre el difícil y apasionante mundo del Flamenco que lleva usted a sus espaldas y en su pluma, es justificable que se le haya pasado lo que publicó en el número 82 de la revista El Candil.

Antes de continuar y sabiendo que esto, posiblemente, no le va a gustar al prestigioso crítico de Flamenco, natural de Écija, que se enfadará mucho y que me van a caer unas cuantas "hostias" sin consagrar, metafóricamente hablando, tengo que decir que con esto que escribo no falto a la verdad y que mi memoria estaba casi en lo cierto. Tampoco pretendo vilipendiar u ofenderle lo único que quiero demostrar es que ese artículo lo escribió y vuelto a leer después de tanto tiempo tampoco me gusta ahora. Decirle, con sinceridad que algunas de las cosas que leo suyas me han gustado y he estado de acuerdo. 

Final  del artículo MMM
Y como San Pedro que negó tres veces a Jesucristo, espero que Manuel no niegue su autoría otra vez. Siento haberle incomodado, si ha sido así pero yo seguiré siendo un aficionado ateo aunque nada más que crea en Camarón como decían Los Panteras en un pasodoble de nuestro querido Juan Carlos Aragón. Por cierto, sobre la polémica creada sobre la petición de la llave  de oro del cante que ahora piden para Enrique, estoy totalmente de acuerdo aunque sean actos políticos y esté “amañada” y, como siempre, llegará tarde. 

Para mi, nadie como Camarón y Morente han aglutinado a tanta gente aficionada o no al Flamenco. Forman parte de mi particular Santísima Trinidad del Cante. También es cierto que cuando uno y otro se fueron de este mundo salieron amigos a granel y muchos se convirtieron a uno y a otro dogma de hacer Flamenco.